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CANCIONERO MUSICAL MANCHEGO

El Cancionero Musical Manchego vio la luz por vez primera en el año 1.951. Fué editado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid. La obra tuvo una inmejorable acogida entre diversas personalidades del mundo de la cultura en su género, incluso fuera de el, como fué el caso de Menéndez Pidal, quien revisó los textos populares del cancionero, aconsejando la publicación de las coplas y romances más puros, o sea, los menos influidos por los demás folklores populares del país. También Subirá y el Maestro Guerrero dieron aliento y ayuda al autor del cancionero, Pedro Echevarria Bravo, para que culminara su obra, ayudándole además a perfilar los detalles de las más de trescientas melodías. Pedro Echevarria, para llevar a cabo esta obra tuvo que meterse bien en el entorno en donde se encontraban las fuentes de esa enorme cultura popular que desde hacía mucho tiempo dormía en su letargo, incluso algunos ya consideraban perdida. Armándose de gran ilusión, se recorría carreteras, caminos y veredas, buscando principalmente a los "abuelillos" de los lugares y de los cortijos o quinterías, porque él siempre decía que ellos eran los que tenían la llave de la cultura popular, para que le cantaran o le contaran sobre sus costumbres más ancestrales, lo que ellos guardaban con mucho celo y en principio no era tan fácil entrar en su entorno. Así de esta forma, y dia tras dia, Pedro Echevarria, un buen dia vio nacer su obra, la que años atrás iniciara sin ni siquiera saber si podría concluir alguna vez; pues, en aquella época eran tiempos difíciles, en este país, lógicamente no había un duro, eran los años de una postguerra, en los que no había más abundancia que de rencores, pues todavía estaban sangrantes las heridas.
En vista de el enorme exitazo obtenido por la primera edición del cancionero, instituciones y público en general, demandaron al autor nuevas ediciones, por lo que en 1984 aparece la segunda, también de la mano del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Y 21 años más tarde, en agosto del 2.005, aparece a la luz otra nueva edición, la tercera y última, por ahora; en esta ocasión fué editada por la Diputación Provincial de Ciudad Real, como homenaje a Miguel de Cervantes en el Cuarto Centenario de El Quijote. Esta última edición ya viene acorde con los tiempos modernos y las nuevas tecnologías. El volúmen es más pequeño que en las ediciones anteriores, aunque sin variar para nada el contenido, respetando en todo momento la estructura de imágen; incluso se han seleccionado modernos tipos de impresión, digital en este caso, cuidando detalles como: perfiles, espacios, eliminación de brillos molestos, etc., consiguiendo una impresión que resulte cómoda y no produzca fatiga al lector.

20080727

EL NUEVO FORMATO

Este es el nuevo formato que presenta la última edición. Dimensiones reducidas (17X23X2cm.). Impresión digital. Formato de tipos y espacios muy cuidado, con el objeto de facilitar al lector una lectura agradable y sin fatiga. Conservando un gran equilibrio estético en la distribución y combinación del contenido de los textos literarios, musicales y gráficos.

CALLE DEL MAESTRO ECHEVARRIA




En Mayo del 2000, el Ayuntamiento de Tomelloso rinde homenaje a Pedro Echevarria Bravo, dedicándole una calle de la localidad muy cercana al Ayuntamiento. Al acto asistieron las autoridades locales en pleno, con banda de música y varios grupos de folkloristas, los familiares de Pedro Echevarria, amigos de la familia y otras personas allegadas al mundo cultural. Pedro Echevarria Bravo, aunque de orígen burgalés, había residido en Tomelloso desde el año 1937 hasta el 1952. Precísamente fué en Tomelloso donde Pedro Echevarria se inspiró para emprender, con valentía y locura quijotescas, la aventura que le llevaría a crear el Cancionero Musical Manchego. El pueblo de Tomelloso siempre se lo agradeció.

EL "TOCAOR" MAZANTINI



Mazantini, el tocaor, fué uno de los personajes más populares en el entorno del folklore de La Mancha. Lo conocían por todos los sitios. Había tocado su guitarra interpretando toda clase de coplas de todos los rincones de La Mancha, y lo habían "placeado" por los cortijos y por las quinterías siempre que había eventos folklóricos. Para Pedro Echevarria este hombre significaba mucho, le tenía gran admiración.

DE LABOREO

Estas escenas eran las habituales en el campo de La Mancha allá por los años 50. ¿Y qué relación pueden tener con el folklore?; precísamente, durante estos laboreos surgían, mucha veces, así de forma emergente, unas coplillas, que bien podían ser fandangos, torrás o cualquier otro aire folklórico.

EXTENDIENDO LA MIES

Una moza extendiendo la mies en la era, mientras que otra llega a auxiliarla, cántaro de agua bajo el brazo, para mitigar los calores que azotaban las llanuras manchegas.